dimarts, 2 d’agost del 2011

salutació formal

1 comentari:

  1. Golpeaos, muchachas y rasgad vuestros vestidos.
    Ay, dulce madre, no puedo tramar la lanzadera,
    muerta de amor por un niño; es tu voluntad Afrodita.

    Vosotras sois Musas de senos tersos como violetas,
    Muchachas seguid ejercitando sus hermosos dones,
    escuchad la sonora concha que susurra el canto,
    que a mí, que era un día de piel suave,
    la vejez me ha asaltado, y de negros se han tornado blancos mis cabellos.

    Se ha hecho pesado mi corazón y las rodillas no me siguen llevando,
    las que otrora iban raudas a danzar como los cervatillos.
    A veces lo lamento sin cesar, pero ¿qué puedo hacer?
    Estando vivo no es posible que nadie se libre de vejez.

    Como Eos de rosáceos brazos, él también se marchitó.
    Cuentan que un día, observado por Eros
    se marchó a los confines de la tierra llevándose a Titono,
    que era bello y joven, pero también a éste lo arrebató la canosa vejez.
    Con el tiempo sucumbió, aunque tenía una esposa inmortal.

    Són versos de Safo, la primera poetessa que cita la història; crec que tenia una semblança amb tu.

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